El Plan establece ayudas a los
emprendedores de 1.500 euros (mil de ellos reintegrables) a la apertura del
negocio y de 200 euros mensuales durante el primer año destinado al alquiler
del local. Su principal objetivo es ser, palabras literales, “una línea de apoyo a proyectos de nueva creación
de empresas”. Y varios han sido los emprendedores que se han acogido a él.
Sin embargo, la realidad es que
el PP no está pagando los compromisos adquiridos; ni la ayuda inicial a la
apertura ni las mensualidades para el alquiler. El Gobierno lleva entre palabras
a los nuevos comercios y les va dando largas al mismo tiempo que los remite a
final de año. No es esta la actitud de un Gobierno responsable, el PP incumple
en un tema tan prioritario como la lucha contra el desempleo y, con su mala
gestión, pone en graves dificultades a los nuevos empresarios que contaban con
lo comprometido para levantar su negocio.